Según el testimonio de algunos de los participantes en el proceso, la práctica del test para la selección de los dos puestos de auxiliar administrativo obligaba a cada uno de los interesados a señalar en el propio examen el nombre y apellidos de los aspirantes, a los que por otra parte no se les ha facilitado en ningún momento un formulario autocopiativo de las respuestas realizadas por cada uno de los participantes.
La obligatoriedad de consignar los datos identificativos de los aspirantes, implica la renuncia al anonimato de la prueba, un requisito que consideramos imprescindible para garantizar la objetividad de los resultados del proceso.
Por otra parte, el hecho de que la delegación de personal no haya facilitado una copia de las respuestas señaladas a cada uno de los aspirantes, sitúa a éstos en una posición de indefensión, ya que no disponen de ningún elemento por el que puedan acreditar cuales han sido las respuestas que han realizado, de cara a una posible impugnación posterior de los resultados del proceso.
Desde IU-Mérida, entendemos que la labor de la delegación de personal es la de planificar procesos de selección en condiciones que garanticen la objetividad de los procesos; es decir, justo lo contrario de los que se ha hecho en este caso.
Resulta evidente que la realización de procesos públicos de selección de personal en estos términos tan sólo consigue multiplicar las habituales sospechas de enchufismo que sobrevuelan sobre la inmensa mayoría de procesos de esta naturaleza que se lleva a cabo en el Ayuntamiento de Mérida, con el consiguiente menoscabo del prestigio de la administración local y de los funcionarios municipales.
Finalmente, exigimos a la delegada de personal que explique cuales son los motivos por los que ha permitido que se desarrolle esta prueba en unas condiciones tan lamentables y cuales son las medidas que pretende asumir para que estas circunstancias no se vuelvan a dar en el futuro.
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