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Izquierda Unida-Mérida rechaza la medida anunciada por Pedro Acedo sobre la reducción de jornada y salarios de los empleados municipales, y afirma que los presupuestos han quedado desfasados.

En nuestra opinión, el anuncio de este tipo de medidas, supone un golpe en la línea de flotación de la credibilidad del equipo de gobierno y del Alcalde de Mérida, ya que hace apenas 20 días han presentado -y aprobado- ante el Pleno de la Corporación, una previsión de gastos e ingresos que en ningún caso contempla medidas de esta índole.

En estos términos, debemos señalar que los distintos planes económicos-financieros propuestos y aprobados por el propio Partido Popular, no contemplan en ningún momento este tipo de medidas, ya que se considera que las decisiones incluidas en los mismos eran suficientes para el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria impuestos por el Gobierno de Rajoy.

Debemos señalar que hace apenas un mes, los empleados municipales han visto reducida sus retribuciones de un modo sustancial a través de la eliminación de las pagas extras correspondientes al segundo semestre del año pasado, lo que ha supuesto un recorte en el gasto de personal ,a costa de los derechos de los trabajadores, de más de un millón de euros. Por ello, nos cuesta creer que las cuentas municipales no puedan suportar el gasto de personal durante este año, teniendo en cuenta las reducciones salariales que ya se han llevado a cabo en los últimos tiempos.



Por otra parte, resulta absolutamente vergonzoso que un alcalde que se puso un sueldo anual de 60.000€ antes de ser elegido miembro del  senado -donde aún gana más- considere que los sueldos de los funcionarios y empleados públicos suponen una amenaza para la estabilidad de las cuentas públicas.

 El anuncio realizado por Pedro Acedo sitúa al Partido Popular en el centro de la política del miedo, como instrumento para atemorizar a los empleados públicos y justificar todo tipo de barrabasadas contra los derechos de los trabajadores, dentro de la lógica del ajuste permanente y destrucción del modelo de constitucional que practica el Partido Popular.

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