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IU-Mérida afirma que la celebración del World Padel Tour en el Anfiteatro Romano de Mérida resulta incompatible con el deber de conservación y el régimen legal de protección al que se encuentra acogido el monumento.

La promoción de este tipo de eventos dentro de la ubicación del Anfiteatro Romano resulta incompatible con el régimen jurídico que protege a este monumento calificado con el más alto nivel de protección como bien de interés cultural integrado en nuestro patrimonio histórico-artístico.

La pregunta que surge inmediatamente es: ¿si la celebración de un evento de esta naturaleza no vulnera el régimen de protección del Anfiteatro, qué tipo de actividad es la que lo vulnera?

La ley 29/1999, de 29 de marzo atribuye la competencia de fiscalización y cumplimiento de los deberes de protección y conservación de los bienes de interés cultural a las autoridades que han mostrado su entusiasmo por la organización de estas pruebas, concretamente a la Consejería de Eduación y Cultura y dentro de ésta a la Dirección General de Patrimonio Cultural, cuyos titulares se convierten por tanto en los responsables directos de las posibles consecuencias de la organización del este torneo, y que en definitiva son los competentes para otorgar la autorización al efecto..

Para IU-Mérida resulta inaudito que aquellos que tienen la competencia de proteger y defender la integridad del monumento sean precisamente los que promueven la celebración de eventos multitudinarios de los que pueden resultar daños y peligros evidentes contrarios a la conservación e integridad del monumento.

La realización de pruebas deportivas que requieren la instalación d estructuras tan complejas como la que se pretende llevar a cabo supone la colocación de pistas, mamparas que gran volumen, la ubicación de un catering en el peristilo y el empleo de todo tipo de andamios e infraestructuras para su instalación, celebración y retirada, , así como la continua entrada y salida de vehículos pesados de transporte, y en definitiva un conjunto de actividades que a nuestro parecer resulta incompatible con la definición de este espacio como integrante de nuestro patrimonio arqueológico.

Asimismo, la prolongación de las tareas de montaje y desmontaje de la toda la estructura supondrá un claro inconveniente para todos aquellos visitantes que quieran disfrutar del carácter histórico del monumento, y para los que posiblemente el evento que pretende organizar la Junta de Extremadura carece de todo interés.

En este sentido, nos llama poderosamente la atención la ausencia de criterio del Patronto de la Ciudad Monumental de Mérida a la hora de autorizar la realización de cualquier actividade en el seno del conjunto arqueológico de nuestra ciudad, pues si bien autoriza la celebración de eventos como éste, en anteriores ocasiones a impedido otros de los que difícilmente se podría deducir un perjuicio potencial relevante.

El empleo del Anfiteatro Romano para los fines que pretende la Junta de Extremadura, supone una tergiversación de la naturaleza de nuestro patrimonio y un desprecio a su conservación en beneficio de un enfoque a corto plazo que prioriza la obtención del beneficio, sobre la protección de nuestro patrimonio

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