Las declaraciones de Pedro Acedo
en las que reiteraba la existencia de informes técnicos que avalaban la
viabilidad técnica de su promesa electoral para organizar en Mérida el WPT, choca frontalmente
con las declaraciones que en su momento realizaron los técnicos del Consorcio
de la Ciudad Monumental de Mérida, en las que hicieron pública la inexistencia
de informes técnicos al respecto.
Asimismo, la propuesta del
candidato del PP para la alcaldía de Mérida no señala la ubicación que
considera más oportuna para su realización, en todo caso, queremos recordar a
Pedro Acedo que hasta la fecha no existen informes técnicos, -de carácter
arquitectónico, no arqueológico- sobre la cimentación del Anfiteatro Romano,
por lo que la realización de semejante evento en los términos en los que
defendió el propio Pedro Acedo en un primer momento carecen de toda lógica y
sentido común.
El hecho de que el candidato del
PP atribuya el inmenso rechazo que produjo el intento de organizar este evento a
la “manipulación” de formaciones como Izquierda Unida, supone un insulto a la
inteligencia de los ciudadanos, a los que Pedro Acedo parece respeta únicamente
cuando piensan como a él le parece oportuno, y a los que, en virtud de sus
declaraciones, no les atribuye la capacidad suficiente para formular su propias
opiniones.
El hecho de que el señor alcalde
nos tilde como izquierda radical por nuestra posición con respecto al affaire
del WPT, viene a extender esta calificación a todos aquellos que compartían
nuestra postura, es decir a la inmensa mayoría de los emeritenses.
Para IU-Mérida, el episodio del
WPT es una síntesis de esta legislatura, en la que por un lado nos encontramos
un gobierno del PP, sin pudor a la hora de instrumentalizar la administración
en beneficio de sus propios intereses y que utiliza la mentira como argumento,
mientras otros empleamos orientaciones como son el interés general y el sentido
común.
Desde IU-Mérida, entendemos que
la organización de un evento de esta naturaleza encuentra únicamente una limitación
en la protección del patrimonio histórico y arqueológico, algo que el PP no
parece comprender con facilidad.
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