Las condiciones de organización y desarrollo de las distintas pruebas no permiten, en ningún caso, garantizar que el resultado obtenido por los aspirantes se ajuste a los principios de igualdad, capacidad y mérito, como bien lo muestran las declaraciones que vertidas por algunos de ellos.
Mesas conjuntas, utilización de teléfonos móviles, o la obligación de incluir la identificación de los nombres y los apellidos del aspirante en el propio formulario del examen, ponen de manifiesto la incompetencia de los responsables de la organización de las pruebas.
La reiteración de algunas de estas circunstancias en pruebas sucesivas que se han convocado por el gobierno municipal desde el inicio de esta legislatura, evidencia la falta de voluntad de la delegada de personal para acometer medidas que garantice los derechos de los aspirantes, así como un respeto mínimo de la normativa vigente, o -al menos- del sentido común.
El testimonio de muchos de los asistentes a estas pruebas nos lleva a la conclusión de que la organización de las mismas solo puede calificarse como una auténtica chapuza fruto del desinterés y la incompetencia de los responsables municipales.
En nuestra opinión, la suma de estas circunstancias supone una falta absoluta de respeto a todas aquellas personas que dedican su tiempo y su esfuerzo al propósito de conseguir un empleo; en este sentido, entendemos este tipo de situaciones dañan intensamente la imagen de la administración municipal, a la que finalmente los vecinos asocian con la chapuza y el enchufe.
(Foto; Brígido. Diario Hoy)
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