En la última semana, se ha producido la expansión de malos olores en toda la ciudad, lo que en nuestra opinión puede suponer un incumplimiento de las condiciones medio ambientales a las que debe estar sujeta la actividad productiva de las empresas responsables de esta situación.
La condición de Mérida como Ciudad Patrimonio de la Humanidad y la relevancia del sector turístico en la economía local y en la generación de empleo, resulta incompatible con este tipo de situaciones, que perjudica la imagen de nuestra ciudad y su proyección como destino turístico.
Si bien el Ayuntamiento carece de competencias propias al respecto, que la legislación atribuye a la Consejería de Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, la administración municipal dispone de los elementos legales para iniciar los procedimientos necesarias para controlar que las empresas implicadas realicen su actividad de acuerdo con la legislación vigente.
El hecho de que esta circunstancia se produzca prácticamente en la misma semana en la que el pleno de nuestra ciudad se ha pronunciado sobre la exigencia de llevar a cabo los objetivos de desarrollo sostenible, convierte el pronunciamiento del pleno en una mofa, a no ser que el gobierno municipal adopte las medidas necesarias para, en primer lugar, eliminar la emisión de estos olores, y en segundo, para que no se continúen produciendo en el futuro.
A estos efectos, debemos señalar el hecho por el que esta situación se han producido en más de una ocasión en nuestra ciudad, tal y como ocurrió en noviembre de 2015, así como en fechas posteriores.
La instalación de industrias en nuestra ciudad debe de resultar compatible, en primer lugar, con el respeto a las normas vigentes que les son de aplicación, y en segundo, con el mantenimiento de unas condiciones ambientales que no perjudiquen la calidad de vida de los vecinos de nuestra ciudad, que se encuentran directamente relacionadas las condiciones relacionadas con los indicadores de salud pública que se dan en nuestro entorno más inmediato.
Por todo ello. exigimos al gobierno municipal para que atienda a este tipo de circunstancias con la diligencia necesaria, vistos los precedentes que existen en nuestra ciudad debidos a la instalación de la llamada “fábrica de grasas”.
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