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Cinco de la madrugada del día 25 de marzo de 1936. Como por ensalmo, en 280 pueblos de Extremadura más de 60.000 campesinos se concentran “provistos de azada y demás instrumentos propios para efectuar un deslinde”. Sin hacer ruido apenas, se juntan en las afueras de los pueblos y emprenden el camino hacia las 3.000 fincas señaladas. Se está gestando la ocupación de tierras más multitudinaria que han visto los tiempos.


Tras la desamortización de Mendizábal y de los Concejos, el campesinado sufrió un duro golpe al privársele de su medio de subsistencia. Las tierras de las que venían siendo usufructuarios de forma colectiva pasaron a manos de la alta y media burguesía.


En 1860 la población campesina de Extremadura era el 80% del total. Los jornaleros de Badajoz suponían el 54.5% y en Cáceres el 46.3%. Los arrendatarios el 5% de la región.


A principios del siglo XX comenzarán a abrirse los Centros Obreros, los cuales organizaron huelgas pidiendo aumento de salarios, reducción de la jornada laboral y el uso comunal de la tierra. En 1930 el 62% del terreno cultivable era de 1576 propietarios (el 1.74% del total)


En 1930 se crearía la Federación Española de Trabajadores de la Tierra. Su periódico "El Obrero de la Tierra" será un vehículo de concienciación y politización del campo extremeño. Con la proclamación de la II República, se abriría una gran esperanza para el campesinado.


En 1933 hubo invasiones de fincas, más de 150 en la provincia de Cáceres. En 1934 había un 40% de parados en el campo. El 5 de junio, tendría lugar la Huelga General en el campo extremeño que sería reprimida con detenciones masivas y cierres de las Casas del Pueblo.


El triunfo del Frente Popular en febrero del 36 supondría la aplicación rápida de la Reforma Agraria para el campesinado extremeño.


En la madrugada del 25 de Marzo, cerca de 70 000 yunteros y braceros de Badajoz salieron a ocupar latifundios, de manera sincronizada en 173 pueblos provistos de azada y demás instrumentos apropiados para efectuar un deslinde.


El 25 de Marzo ha triunfado. No hay Guardia Civil suficiente para detener tanto anhelo de justicia, tanta ansia de redención. Una larga resistencia de siglos se condensa en esa jornada de liberación.


El Gobierno enviaría tropas en gran número, con orden de disparar para desalojar fincas y el Gobernador Civil ordenaría el desalojo inmediato. La prensa fue censurada para que no diera noticias sobre estos hechos.


Pero tuvieron que retirar al ejercito y dar forma legal a las ocupaciones mediante el Instituto de Reforma Agraria (el IRA).




Durante la Guerra Civil, en la zona extremeña bajo el Gobierno de la República se llevaría a cabo la anhelada Reforma Agraria, mientras que en la zona de los sublevados fascistas se devolvería las tierras a los latifundistas.

83 años después, la Junta de Extremadura no ha querido, adaptándola a la situación actual, llevar a cabo la anhelada Reforma Agraria. Las subvenciones que llegan de la PAC van a parar a los grandes propietarios.



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