Desde hace demasiado tiempo la Unión Europea (UE) carece de una estrategia autónoma de seguridad y, mucho menos, que responda a los intereses de los pueblos que forman parte de la misma. Siempre hemos apostado por la cooperación y la complementariedad con tos los Estados vecinos de la UE, entre ellos Rusia.
Frente a los llamamientos y planes de la OTAN para extenderse sin límite hasta territorios próximos a las fronteras rusas, pasando por encima de los acuerdos firmados por la Alianza y la URSS en los años 90, Izquierda Unida apuesta por la desescalada, por el freno a las ansias expansionistas de la OTAN, así como por que se impulse un diálogo sincero y beneficioso para la seguridad colectiva. La ampliación de espacios que plantea la OTAN supone alterar el statu quo y es una provocación que amenaza la paz, desestabiliza la zona y pone en riesgo la seguridad energética del continente.
España y la Unión Europea deben apostar por una autonomía estratégica no dependiente y subordinada a EE.UU, que defienda sus propios intereses y, desde luego, contribuir a un conflicto vinculado a una estructura como la OTAN va en contra de esa dirección.
Los pueblos de Europa y los países miembros de la UE deben velar por los intereses de su ciudadanía y garantizar que, más allá de las discrepancias en cuanto al modelo político, las relaciones con los países vecinos se desarrollen en paz y sin ningún tipo de injerencias externas.
Izquierda Unida mantiene su firme defensa de las ideas con las que nació hace casi cuatro décadas y hace un llamamiento para la disolución de la OTAN y la construcción de organizaciones que realmente impulsen la cooperación entre los pueblos.
¡NO A LA GUERRA!
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