“No ha sido la primera vez que lo decía y no va a ser la última. Hay dos tipos de ganadería: la ganadería familiar, social, extensiva, la del ganado pastando, que da un producto de mucha calidad. Y luego hay una ganadería que tiene su expresión máxima en las Macrogranjas, con efectos ecológicos y medioambientales altamente perversos, que expulsa la población de sus territorios y que deja a la España Vacía más vaciada. Hay que defender la primera y hay que frenar la segunda. Y esto lo voy a decir una y otra vez allí donde corresponda. Es parte de mi trabajo y de nuestro compromiso.” Alberto Garzón.
Sobre la ganadería familiar:
- La entrada de macroempresas al sector de la ganadería ha dado al traste con el negocio familiar de muchos pequeños y medianos ganaderos.
- Otras familias han tenido que reconvertir sus negocios del modelo extensivo al modelo intensivo y aceptar un modelo de integración vertical: una gran empresa, denominada integradora, proporciona los animales, el pienso y la asistencia sanitaria al ganadero mientras este se encarga de hacer la inversión en las instalaciones y de criar a los animales en el tiempo estipulado según el contrato. A cambio recibe un pago fijo por cabeza y un porcentaje en función de los rendimientos obtenidos. Un modelo que deja muy poco margen de decisión al ganadero. El negocio familiar de estos ganaderos no podría haber sobrevivido sin integrarse en estos modelos, “no se trata de criminalizarlos”, sino de cuestionar la dinámica estructural que hace inviable una ganadería más social y sostenible, además de tomar medidas para favorecerla.
- La proliferación de macrogranjas, que destruyen el tejido económico local, es un problema a escala comunitaria y global del que se discute en la comunidad internacional.
- Organismos internacionales ya han alertado de la necesidad de tomar medidas frente a esta realidad.
- Existe consenso en la comunidad científica internacional sobre los riesgos y peligros.
- Gobiernos europeos ya han anunciado públicamente que van a tomar medidas para limitar la producción masiva de carne de peor calidad en sus respectivos países, Extremadura debe reconocer y potenciar la calidad de su producción ganadera, poniendo de manifiesto la altísima calidad de la carne de nuestra cabaña ganadera en todas sus razas.
- El PSOE y UPA ya pidieron a la UE investigar a las macrogranjas españolas, y en 2019, el PSOE, lo asumió como una medida incuestionable en su programa electoral.
- El Gobierno de España siempre debe mostrarse, en cualquier foro o tribuna (nacional o internacional), alineado con los O.D.S. Agenda 2030 y la Estrategia España 2050, con las directivas europeas en materia medioambiental y de salud pública.
- IU Extremadura ha defendido que es necesario un apoyo firme y decisivo de las instituciones y del conjunto de la sociedad a la ganadería extensiva y semiextensiva que tiene beneficios en el ecosistema claros y produce carne de mayor calidad.
Se da la circunstancia de que no contentos con utilizar la mentira y la difamación, y pasando por encima de la realidad evidente y cualquier explicación objetiva, desde el PP han llegado a negar incluso la existencia de macrogranjas en nuestro país.
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