La construcción de grandes superficies y supermercados en nuestra ciudad tiene graves consecuencias sobre el futuro de el pequeño comercio local, lo que supone un peligro para la vertebración social de las barriadas y un menoscabo en el acceso de los ciudadanos a los bienes y servicios que demandan.
El atractivo de la creación de empleo que suele acompañar a la instalación de grandes superficies, oculta el perjuicio que provoca sobre el pequeño comercio y la destrucción de puestos de trabajo que éste supone para la ciudad.
Si a lo anterior le sumamos los bajos salarios y la elevada precariedad laboral que practican las grandes firmas, los supuestos beneficios de estos grandes establecimientos sobre la creación y la calidad del empleo se ven al menos en entredicho.
Por otra parte, debemos señalar que el fomento del pequeño comercio supone un incremento en la recaudación fiscal que obtienen los ayuntamientos, ya que el comercio local tributa en sus respectivas localidades,, algo que no ocurre con las grandes superficies.
Por todo ello, instamos al Ayuntamiento de Mérida que limite la instalación de grandes superficies a aquellos casos en los que su actividad no entre en competencia con el pequeño comercio, y someta la aprobación de la instalación de las mismas a un criterio de sostenibilidad económica y equilibrio del pequeño comercio local.
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