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Izquierda Unida-Mérida considera que la causa de la escasa repercusión del concurso para la adjudicación de los locales situados en el entorno del Templo de Diana es altísimo importe de los precios de licitación, que desvirtúan la finalidad y el objeto del proyecto ejecutado en el entorno del monumento.

Para IU-Mérida, el único sentido que tiene la promoción pública de locales comerciales es la promoción del empleo y la actividad económica, lo que indudablemente presupone el establecimiento de alquileres y canones de adjudicación asequibles para los adjudicatarios, para así facilitar la viabilidad de los establecimientos.

La fijación de precios de licitación o alquiler demasiado altos para la utilización particular de locales comerciales públicos supone otro obstáculo para la creación de empleo y del autoempleo como otro de los motores de la actividad económica, por lo que finalmente se termina falseando el sentido que se persigue con la construcción de este tipo de locales comerciales.



Así, situaciones como las planteadas en el entorno del Templo de Diana ponen sobre la mesa que la finalidad de la construcción de los locales comerciales en esta ubicación no es otra que la de aumentar los ingresos del Ayuntamiento, en lugar de promocionar el atractivo turístico de la zona e incrementar los servicios disponibles para los ciudadanos.

Para IU-Mérida, el planteamiento de la construcción de estos locales ya de por sí constituye un error, que se ve incrementado aún más por la falta de eficacia de la que se está haciendo gala en el transcurso del procedimiento para la adjudicación de los locales.

Así, los resultados de la ejecución del proyecto de intervención sobre el entorno del templo de diana han tenido como resultado el deterioro de los valores artísticos y arqueológicos del Templo, y su inutilidad como elemento de dinamización en la prestación de servicios y la creación de empleo, de acuerdo con la naturaleza del patrimonio arqueológico que allí se ubica.

En nuestra opinión, la falta de coherencia y los errores cometidos en el procedimiento de adjudicación de estos locales es el último eslabón de una cadena de acontecimientos que comenzó con el inicio de las obras en el entorno de protección del Templo, y que indudablemente ponen de en evidencia la falta de altura de la política de promoción del turismo que se realiza en nuestra ciudad.

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