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Izquierda Unida-Mérida considera que los primeros cien días de gobierno del Partido Popular en Mérida se resumen por la ausencia de medidas significativas y el incumplimiento de un programa de gobierno en el que se daba prioridad a la creación de empleo.

Tras cuatro meses la acción de gobierno del Partido Popular en Mérida se ha concretado en  la disminución de los recursos de los grupos políticos con representación en el pleno, la eliminación de puestos de estructura y el inicio del procedimiento modificación de las tasas para la utilización de las instalaciones deportivas municipales. Un paquete de medidas que, al margen de su idoneidad, muestran un perfil de actuación y creatividad insuficiente con arreglo a la situación de crisis en la que nos encontramos en estos momentos.

Tan  sólo encontramos una salvedad con arreglo a lo anterior en el proceso iniciado para la aprobación del Estatuto de Capitalidad de Mérida, que cuenta con el respaldo y apoyo de Izquierda Unida.



En el periodo transcurrido desde la toma de posesión, el gobierno del señor Acedo no ha mostrado a los ciudadanos cual es el modelo de ciudad que defiende, ni cuales las medidas que deberían atribuir al PP una capacidad propositiva propia de un equipo de gobierno que debe dirigir la capital autonómica de nuestra región.

El papel desempeñado por el Partido Popular durante el periodo en el que se vio relegado al papel de partido en la oposición, obliga a los responsables municipales a adoptar un programa de gobierno a la altura del que le exigían al anterior equipo del PSOE, algo que hasta la fecha no ha ocurrido.

Por otra parte, merecen una especial mención, los despidos de conserjes y personal de la Empresa Municipal de Transportes realizados por el Partido Popular, que nos sugieren una clara contradicción para un partido que se presentó a las elecciones bajo el lema de “Lo primero, el empleo".

En nuestra opinión, los despidos realizados por el PP nos dan a entender que el objetivo del equipo de gobierno es el de reducir a toda costa la deuda municipal, sin tener en cuenta las consecuencias que puedan tener las medidas que se adopten para ello, para más tarde presentar dicha reducción como uno de sus logros.

Esta aptitud sitúa a la evolución del desempleo como un papel secundario, ya que de las decisiones tomadas por los responsables municipales podemos deducir que el empleo es un elemento sacrificable frente al objetivo de reducir la deuda municipal.

De todo lo anterior deducimos que a falta de otros elementos de juicio que los  recogidos hasta este momento, o bien el actual equipo de gobierno carece de un modelo e iniciativas propias, o bien el señor Acedo y sus colaboradores disponen de un programa oculto que no verá la luz hasta que se supere la cita electoral del 20-N.

Por todo ello, instamos al equipo de gobierno a que tome la iniciativa y presente medidas de mayor pujanza y rectifique con arreglo a los despidos realizados.

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