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Izquierda Unida-Mérida afirma que el proceso de selección de para la contratación de auxiliares a domicilio iniciado desde la delegación de servicios sociales pone de manifiesto el empeoramiento de las condiciones en las que se presta el servicio.

La delegación de servicios sociales, dirigida por Fernando Molina, ha realizado un nuevo diseño de la ayuda a domicilio que supone una reducción en el tiempo de atención que se dedica a cada usuario, que pasa de una hora a 45 minutos, así como una reducción de la jornada laboral del personal contratado que a partir de ahora verá limitado su horario de trabajo a tres horas diarias.

Para IU-Mérida la limitación del tiempo de atención a los usuarios supone un claro deterioro de las condiciones de calidad en las que debe prestarse este servicio, y que tiene como principal perjudicado a aquellas personas a las que se pretende asistir con la puesta en marcha de esta prestación.



Del mismo modo, la reducción del tiempo de trabajo de los empleados contratados supone un empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores, que ven como un puesto a jornada completa se ve reducido a un trabajo a media jornada, con la correspondiente reducción en los salarios.

Este proceso supone una manipulación por parte del equipo de gobierno que anuncia un aumento del personal contratado, cuando su verdadera intención es repartir las mismas horas de trabajo entre más trabajadores que perciben una retribución mucho menor.

Para IU-Mérida, esta nueva situación evidencia que los criterios del equipo de gobierno en la prestación de la ayuda a domicilio son el sacrificio de la calidad que recibe el usuario, y precariedad laboral y salarios de miseria para los empleados públicos.

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