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Izquierda Unida-Mérida afirma que el contenido del Plan de Saneamiento presentado por el equipo de gobierno no contempla la grave situación de deterioro económico y social que sufren una parte importante de los emeritenses.

Las subidas de impuestos generalizadas que propone el equipo de gobierno supone un duro golpe para todos aquellos que han visto reducido sus capacidad adquisitiva, o han perdido su empleo debido al empuje de la crisis, lo que implica que el coste de la mala situación de las cuentas municipales recaerá sobre el conjunto de los ciudadanos.

Las privatizaciones propuestas supondrán un encarecimiento de los servicios, el deterioro de las condiciones salariales y contractuales de los trabajadores afectados, y un aumento de la deuda municipal, tal y como ha ocurrido en anteriores ocasiones.


Para IU-Mérida, el Partido Popular confunde los fines que son propios de un equipo de gobierno al anteponer la mejora de la situación de la hacienda municipal al bienestar de los emeritenses.

Prueba de todo lo anterior lo constituye el hecho de que la ley de estabilidad presupuestaria establece la posibilidad de situar el déficit que contemplen los Planes Municipales de Saneamiento en una situación de déficit que puede alcanzar hasta el 5,53% del presupuesto municipal, mientras que el objetivo que se ha impuesto el PP es la obtención de superávit presupuestario.

Así, el planteamiento de un objetivo de superávit recrudece innecesariamente la dureza de las medidas adoptadas, puesto que legalmente se permite la adopción de un cierto nivel de déficit que suavizaría la dureza de las medidas que se quieren acometer.

Por todo ello, desde IU-Mérida mostramos nuestro rechazo al Plan de Saneamiento por considerarlo ajeno al contexto económico y social de nuestra ciudad y a las necesidades de los ciudadanos.

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