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Izquierda Unida-Mérida considera que la decisión adoptada por el equipo de gobierno de renunciar a la tramitación del ERE municipal atiende a las irregularidades cometidas por el equipo de gobierno en su tramitación.

La imposibilidad de llevar a efecto las medidas incluidas en el Plan de Acompañamiento Social, propuesto por el gobierno encabezado por Pedro Acedo, no se derivan de la falta de acuerdo con las fuerzas sindicales que han intervenido en el proceso, sino por las limitaciones impuestas por la legislación vigente, un extremos que ha sido expuesto por Izquierda Unida desde el inicio del proceso.

La naturaleza del Ayuntamiento de Mérida como administración local, y por tanto de carácter territorial,  impiden la adopción de medidas distintas de las que se deriven de la propia extinción de los contratos, al no gozar de la naturaleza de organismo o ente público, tal y como viene señalado en la disposición adicional tercera del Real Decreto 1483/2012, de 29 de octubre.

Esta situación pone de relieve la falta de solvencia de la iniciativa encabezada por el equipo de gobierno, así como de la empresa contratada para las funciones de asesoramiento en la tramitación del ERE que pretendía llevarse a cabo.

Para IU-Mérida, el hecho de que desde la delegación de personal se pretende culpar a las fuerzas sindicales de la renuncia del ERE resulta del todo insólito, ya que aquellos que pretendía realizar el ERE era el gobierno municipal y no los sindicatos, del mismo modo que confirma que la postura más adecuada que podían adoptar los sindicatos para evitar el despido de los trabajadores es precisamente la oposición frontal a las medidas planteadas por el gobierno del Partido Popular.

En nuestra opinión, las explicaciones facilitadas por el señor alcalde no hacen sino poner de manifiesto la incompetencia profesional y política con la que se ha abordado la cuestión, al tiempo que confirma que la tramitación del ERE no tenía otro propósito que el de chantajear a los trabajadores y los sindicatos bajo el lema de bajada de salario o despido, un extremo que no se ha llevado a efecto gracias a la resistencia de los sindicatos frente a las presiones del equipo de gobierno.

En estos términos, consideramos que la actitud mostrada desde el equipo de gobierno, descalificando tanto a los representantes de los trabajadores, como a las fuerzas de la oposición a lo largo de todo este proceso resulta impropia de cualquier cargo público que ostente responsabilidades de gobierno.

Finalmente, queremos mostrar nuestra satisfacción por la paralización de un proceso que en ningún caso podía tener un buen final para los trabajadores y sus familias, salvo la decisión desestimar su aprobación, del mismo modo que felicitamos a las fuerzas sindicales por el papel y la firmeza mostrada durante este proceso.


Fdo: Izquierda Unida-Mérida.


En Mérida, a 09 de abril de 2013

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