El balance del curso que ha tomado la legislatura hasta
estas fechas nos lleva a concluir, que hasta la fecha la acción de gobierno
ejercida por el equipo de Pedro Acedo desarrolla su actividad de espaldas a las
necesidades y problemas de los vecinos, dejando caer todo el peso de la crisis
sobre los ciudadanos.
La trayectoria de la acción de
gobierno pone de manifiesto la divergencia que existe entre los problemas que
preocupan a los emeritense, y las prioridades que inspiran al equipo de
gobierno, hasta el punto de que tras dos años no se ha adoptado ninguna medida
que ayude a los emeritenses a mejorar sus condiciones para enfrentar la crisis.
En estos términos, el acuciante
problema del paro ni siquiera encuentra hueco en el discurso de un equipo de
gobierno local que centra todas sus prioridades en la dirección de la reducción
del déficit municipal, un problema relevante, pero que en ningún caso debería
ser la prioridad del gobierno local, frente al deterioro general del escenario
social de nuestra ciudad.
La obsesión del PP por el déficit
les lleva a confundir la gestión de una administración pública -cuyo cometido
es la gestión de los derechos y competencias reconocidos por el ordenamiento
jurídico- con la adopción de formas de gestión propias de la empresa privada,
concebidas para otros fines, como son el afán de lucro y la obtención de
beneficios, lo que les lleva a centrarse en aspectos de la gestión municipal
que no obedecen al orden de prioridades de las administraciones públicas como
instrumentos al servicio de los ciudadanos.
El énfasis en la reducción del
gasto ha tenido como principal consecuencia la centralidad que ha adquirido en
la acción de gobierno la mejora de las cuentas municipales, por encima incluso
de la preocupación del equipo de gobierno por el deterioro de las condiciones
de vida de los emeritenses, lo que se ha traducido en la adopción de medidas
que, incluso entran en contradicción con la conservación de los niveles de vida
de los ciudadanos, como bien nos muestra la decisión de despedir a 28 empleados
municipales hace apenas un par de meses.
Mención aparte merecen la
retahíla de despidos improcedentes en los que ha incurrido el equipo de
gobierno, vulnerando de un modo vergonzoso, los derechos de los trabajadores
municipales.
Otras de las consecuencias de la
política centrada en el déficit ha sido la
reducción de la calidad de los servicios públicos, un aumento
indiscriminado de la presión fiscal más allá de cualquier consideración con
respecto a la capacidad económica de los ciudadanos, así como un proceso
generalizado de privatizaciones de los servicios públicos, que tan sólo
benefician a aquellos que obtienen la concesión correspondiente.
Hasta la fecha, el gobierno de
Pedro Acedo se ha limitado a seguir a pie juntillas la legislación aprobada por
Mariano Rajoy, sin que apenas podamos enumerar iniciativas propias de este
equipo, atrapado en su propio discurso de reducción del gasto, y por tanto de
inmovilización de la actividad municipal, y sin que podamos vislumbrar medidas
encaminadas a la mejora de la eficiencia, sino tan sólo a los recortes y el
aumento de los impuestos y tasas municipales.
De un modo u otro, lo más
significativo de la gestión del PP, es lo que no dicen. Así, debemos señalar el
proceso de privatizaciones como instrumento de empeoramiento de las condiciones
de vida de los trabajadores y de la calidad de los servicios públicos, como sucede con el servicio de recogida de
basura; el aumento de los precios, como
ocurre en el caso del agua, o la grúa o los autobuses urbanos ,o la ciudad
deportiva; la imposición de nuevas
tasas para el disfrute de servicios que anteriormente no existían, como ocurre
con la zona azul, y el empeoramiento de las condiciones salariales y laborales
de los trabajadores de los servicios privatizados, llegando incluso al despido
y la disminución de la plantilla, tal y como ha sucedido con todos los
servicios de la recogida de basura, las continuas vulneraciones de los
trabajadores adscritos a la limpieza de edificios municipales, el incremento de
horas de trabajo en los autobuses urbanos, o el descenso de hasta el 20% en la
nómina de los empleados de la ciudad deportiva.
En definitiva, a la hora de hacer
balance de la trayectoria del gobierno de Pedro Acedo durante los dos últimos
años, únicamente podemos señalar que hasta la fecha no se ha mostrado como un
gobierno útil para los emeritenses, en tanto en cuanto sus prioridades no se
centran en las condiciones de vida de la población, si no en los problemas de
gestión de la administración local, hasta el punto de que se muestran
dispuestos a mejorar el balance de cuentas del Ayuntamiento a costa de empeorar
las condiciones de vida de los vecinos de nuestra ciudad.
Fdo: Izquierda Unida-Mérida.
En Mérida, a 17 de
junio de 2013
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