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Izquierda Unida-Mérida exige a Pedro Acedo que explique cuales eran los motivos que le llevaron a disfrutar de una jornada de cacería durante un día laborable.

Según noticias publicadas en el día de hoy por el periódico EL PAÍS, el 25 de octubre de 2004, Pedro Acedo disfrutó junto otros responsables del Partido Popular, promotores y empresarios -algunos de ellos implicados en la operación púnica- de un montería en la  finca “La Parrilla”, en la provincia de Toledo, lo que no está exento de relevancia debido a que tal día era lunes.

Al margen de dudoso gusto del que hace gala el señor alcalde a la hora de elegir a las personas con las que comparte su ocio, la pregunta más evidente –a falta de más información- es el hecho de que el alcalde de Mérida dedicase como jornada de ocio para la disfrutar de una cacería un día laboral.


Dado el hecho de que buena parte de los asistentes se han visto envueltos en tramas de corrupción política, esperamos que el motivo argüiudo por el señor alcalde no sea de índole laboral, pues en eso caso sería peor el remedio que la enfermedad.

Para IU-Mérida resulta difícilmente explicable que un señor alcalde que tiene bajo su responsabilidad el ayuntamiento de una capital autonómica dedique los lunes a su ocio personal, lo que en nuestra opinión pone de relieve el escaso apego que debe tener el señor alcalde a principios éticos fundamentales como el esfuerzo, la constancia, el trabajo, o el mero cumplimiento de sus obligaciones como primer edil de nuestra ciudad.

Queremos recordarle al señor alcalde, que la retribución que percibía durante aquellos días, encuentra su justificación  el desarrollo de sus funciones como alcalde de la ciudad, y no por el hecho de pasearse por las fincas privadas en cacerías financiadas por empresarios responsables  de tramas de corrupción en las que, por cierto, se han visto implicados varios de sus compañeros de partido a todos los niveles.

El hecho de que el señor Acedo aproveche su condición de alcalde para incumplir con los mínimos  que exige un desempeño digno de sus obligaciones, como por ejemplo la asistencia al trabajo, adquiere niveles patéticos si tenemos en  cuenta que una de las medidas impuestas por el actual gobierno que el encabeza es precisamente la de endurecer las medidas contra el absentismo laboral.

Para IU-Mérida resulta absolutamente patético, que la misma persona que disfruta de la responsabilidad e ejercer la potestad disciplinaria sobre aquellos empleados públicos municipales que no cumplen debidamente con sus obligaciones, sea precisamente el que protagoniza comportamientos que no dudamos en calificar como vergonzosos y lamentables.

Para IU-Mérida, el desempeño de cargos públicos de responsabilidad implica en un grado mínimo de ejemplaridad, y el cumplimiento de unos mínimos éticos y estéticos que –evidentemente el señor Acedo está muy lejos de alcanzar.

El único sentimiento que nos provoca este tipo de circunstancias es de la vergüenza ajena y el sonrojo.

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