Las grabaciones hechas públicas
por la cadena Ser, en las que Daniel Serrano admite la compra de votos en
elecciones anteriores, sitúan al PP al
margen de principios elementales del comportamiento humano y político como la
dignidad y la honestidad.
Desde IU-Mérida, consideramos
poco creíble que el miembro de la candidatura del PP actuara por iniciativa
propia en una cuestión de tanta relevancia, por lo que entendemos que, o bien
se trata de una estrategia de conjunto asumida por el PP como organización, o
bien disfrutaba de la aquiescencia de las personas que dirigen el Partido
Popular en Mérida.
Asimismo, el hecho de que la
grabación se refiera a anteriores citas electorales pone en evidencia que la
compra de votos es una práctica habitual en el seno del Partido Popular.
La constatación de los hechos que
se presumían desde hace algunos días sobre la manipulación de votos por correo,
convierte a la candidatura del PP en Mérida en una opción políticamente
ilegítima, compuesta por personas dispuestas a utilizar el engaño y la
manipulación más repugnante, con el único objetivo de permanecer en el gobierno
municipal usurpando la voluntad de los ciudadanos.
Aquellas personas honestas que
pertenezcan a la candidatura del PP en Mérida sólo tienen dos opciones:
abandonar el PP, u obligar a aquellos que protagonizan estos comportamientos, a
abandonar el Partido Popular. Cualquier otra opción les convierte en cómplices de una actividad propia de
delincuentes.
Para IU-Mérida, las tanto las personas
que estén dispuestas a compartir afiliación, o candidatura con Daniel Serrano,
como aquellos votantes que les apoyen, así como los partidos políticos que se
muestren dispuestos a negociar con el PP son cómplices de unos hechos que van
más allá de cualquier consideración vinculada a la dignidad y al respeto.
Esta circunstancia dota de absoluta
vigencia y actualidad nuestro lema “vamos a echarlo”, que de nuevo se convierte
en una necesidad objetiva para nuestra
ciudad, en contra de las opiniones que aquellos que acusaban a IU-Mérida de
realizar una campaña demasiado agresiva, o incluso sucia. Bajo ninguna
circunstancia podemos consentir que el PP permanezca en el gobierno de nuestra
ciudad.
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