El incremento repentino de las temperaturas pone de manifiesto el deficiente funcionamiento de un buen número de fuentes públicas, cuya única utilidad es la de proporcionar a los vecinos y visitantes agua fresca para combatir el calor.
El mantenimiento y conservación de estos grifos es una función atribuida a la empresa concesionaria del servicio de agua, que evidentemente no ha cumplido sus obligaciones al respecto.
El mal funcionamiento de las fuentes, no solo impide que cumplan su función, sino que convierte su instalación en gasto superfluo, lo que no ocurriría si la empresa cumpliera los deberes inherentes a la ejecución del contrato, y además el equipo de gobierno controlara el cumplimiento de los deberes que le corresponde a Aqualia.
Por todo ello, instamos al equipo de gobierno a que requiera a la empresa para la revisión y reparación, en su caso, de las fuentes que no se encuentren en condiciones de uso, así como que inicie un expediente informativo para dilucidar los posibles incumplimientos e infracciones del contrato en los que pudiera incurrir la empresa.
Publicar un comentario