Mérida es una ciudad sin industria, cuya economía es altamente dependiente del sector servicios, sector de bajo valor añadido dicho sea de paso. Mayoritariamente volcada en el turismo que alcanza sus picos de máxima actividad durante el Festival Internacional de Teatro Clásico (Julio-Agosto). Al llegar septiembre y recién finalizado el Festival nos encontramos con las Ferias y Fiestas y a pocos días de terminar estas con el día de Extremadura. Es habitual pues encontrarse en un periodo de menos de 10 días con dos días festivos (el local de las Ferias y Fiestas y el autonómico del Día de de Extremadura). Es por ello lógico pensar que muchos de los habitantes de Mérida decidan aprovechar esta circunstancia para disfrutar del descanso estival y salir de Mérida durante esta primera quincena de septiembre antes del comienzo de las habituales rutinas, como por ejemplo el inicio del curso escolar que afecta prácticamente a todas las familias.
Estos hechos irrefutables junto a otros elementos fácilmente perceptibles sobre las Ferias y Fiestas como por ejemplo el traslado y auge de cierta actividad de ocio durante el medio día del recinto ferial a una parte de la zona centro, más cómoda y accesible.
El análisis y reflexión sobre todos estos hechos llevado a cabo en el seno de nuestra organización han resultado en una serie de conclusiones que podríamos desgranar en dos bloques:
1. Se hace imperativo un profundo debate sobre las Ferias y Fiestas de Mérida que abarque al mayor número de personas y colectivos del pueblo de Mérida.
2. Formular una propuesta concreta que desgranaremos a continuación:
Habiendo realizado un análisis que además de los hechos reseñados anteriormente tiene en cuenta otros datos y factores objetivos como son la proximidad con el festivo del 8 de Septiembre día de Extremadura y el carácter de Mérida como Capital de la Comunidad concluimos que lo ideal sería disponer de:
Unas Ferias y Fiestas con un marcado carácter Autonomista. Pasar de las Ferias y Fiestas de Mérida a las Ferias y Fiestas de Extremadura. Esto permitiría usar el festivo local para afianzarlo en alguna de las otras fiestas que se desarrollan el resto del año como pudieran ser los Carnavales Romanos o el Emérita Lvdica. Además, atraería público del resto de la comunidad y popularizaría unos actos del día de Extremadura que en la actualidad se nos antojan en exceso encorsetados y alejados del pueblo. Unos actos que más allá de una gala para autoridades que se centra en el discurso oficial y la entrega de medallas de Extremadura se transformase en una fiesta del pueblo. Es decir, que pudiera permitir que los emeritenses fuésemos anfitriones en las calles nuestra ciudad de todas las gentes de Extremadura y ejercer así nuestra función de Capital de la Comunidad Autónoma.
En definitiva un cambio de concepto. Una transformación que pusiera en el centro de las Ferias y Fiestas a todas las personas.
Salud y alegría.
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