La promoción de un negocio de apuestas a través de la actividad de una caseta municipal dirigida a los jóvenes de nuestra ciudad, supone un despropósito contrario a las reglas más elementales del sentido común.
Si bien el acceso a la caseta joven está permitido únicamente a los mayores de edad, la vinculación entre público joven y la promoción del juego entra en contradicción de cualquiera de las iniciativas y fines de un administración pública en materia de juventud que, entre otras cosas, debe dedicarse a la promoción del ocio y los hábitos saludables, entre lo que en nuestra opinión no puede incluirse la realización de apuestas.
Esta iniciativa que se ha llevado a cabo por los empresarios que gestionan la Caseta Joven, resulta aún más sorprendente si tenemos en cuenta que según las declaraciones de la delegada de festejos su instalación se justifica por que tiene claro que “los más jóvenes pueden disfrutar de la feria con otras alternativas al botellón”.
Desde IU-Mérida entendemos que la finalidad y el propósito de las iniciativas de cualquier ayuntamiento en materia de juventud es precisamente el de informar y promover fórmulas que alejen a los jóvenes del hábito del juego, y no permitir la puesta en marcha de iniciativas que van en la dirección opuesta.
En estos términos, debemos señalar las deficiencias que muestran las bases para la contratación de la Caseta Joven redactadas por el propio ayuntamiento, en las que debido a la naturaleza del público al que se dirige se deberían haber incluido las limitaciones propias de los principios que inspiran la promoción del ocio y hábitos saludables dirigido a los más jóvenes y las referencias normativas y prohibiciones que la regulan.
Por todo ello, instamos a la delegada de festejos para que requiera a los concesionarios de la Caseta Joven para que se abstengan de llevar a cabo iniciativas de esta naturaleza.
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