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En este 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, llamamos a la movilización de los trabajadores y trabajadoras para participar en las acciones y manifestaciones convocadas por los sindicatos de clase, llenando las calles para luchar contra la explotación que es la causa de la precariedad, el paro y la desigualdad social.

Consideramos fundamental que el nuevo Gobierno proceda a la derogación de las dos últimas reformas, instrumentos legales que han sido utilizados por las élites económicas para debilitar los derechos laborales, hacer retroceder los salarios y empeorar las condiciones laborales de quienes trabajan a cambio de un salario. Los bancos y las grandes empresas ya están percibiendo desde hace tiempo los beneficios del crecimiento económico, generados tras los peores momentos de la crisis como consecuencia de un cambio de legislación que les ha sido tremendamente favorable. Sin embargo, los salarios continúan reduciendo su participación en la renta nacional, crece el desempleo, y los modelos de contratación impuestos originan precariedad y temporalidad. Por otra parte, cientos de miles de trabajadores -falsos autónomos- se ven obligados a formas de trabajo y de inseguridad laboral que anulan los derechos conquistados por la clase trabajadora durante muchos años, sumándose así a la situación de muchos autónomos que trabajan en malas condiciones.

Hay una recuperación inestable, y sólo se están beneficiando de ella unos pocos. Como afirman los sindicatos de clase, “la pobreza y la desigualdad en todas sus vertientes son problemas reales en nuestra sociedad”. Los trabajadores pobres, que aun trabajando a tiempo completo no llegan a fin de mes y la pobreza infantil son fenómenos crecientes.

La feminización de la pobreza es clara y los contratos precarios, o lo que es peor: la contratación en fraude de ley o simplemente sin contrato, golpean especialmente a las mujeres.

Especial atención queremos prestar en este 1 de Mayo a la situación de los trabajadores y trabajadoras migrantes, con cuyos derechos somos especialmente solidarios. Izquierda Unida es una organización internacionalista y se moviliza solidariamente con la situación del mundo del trabajo en España y en el resto de los países, y muy especialmente con quienes son víctimas de las guerras de agresión.

Las recientes elecciones generales han representado el triunfo de la democracia y las fuerzas progresistas, lo que permite revertir las políticas injustas de recortes que durante una década han provocado el deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora.

Exigimos un cambio de política que tenga en cuenta la mayoría social del país. Exigimos un cambio de modelo productivo, hacia un modelo sostenible integrado con el medio ambiente. Planteamos un nuevo modelo de país que abra camino a un futuro digno, a la esperanza para que los y las jóvenes tengan un proyecto de vida, a la seguridad para que los y las pensionistas tengan pensiones adecuadas, y a que todos y todas podamos mirar el horizonte con confianza.

Ya es el momento de cambiar la agenda de las políticas económicas y sociales, para invertir la creciente desigualdad y para construir la más sólida democracia. Es hora de que las reivindicaciones de la clase trabajadora constituyan el núcleo de la política en las instituciones: trabajo digno, estable y bien remunerado; pensiones dignas y suficientes; servicios públicos de calidad, con propiedad y gestión pública; desarrollo equilibrado y sostenible. Todo ello en un marco de igualdad social y libertad democrática.

¡Viva la clase trabajadora! ¡Viva el 1 de Mayo!

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