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Izquierda Unida-Mérida muestra su sorpresa por la postura mantenida por el gobierno municipal ante las exigencias y condiciones del contrato que regula el servicios de recogida y limpieza de la basura, ya que las condiciones originarias del  mismo fueron obra de gobiernos anteriores del PP.

Las consecuencias de la gestión sobre el servicio de limpieza y recogida de basura supone una reducción de la calidad del servicio, el despido de parte de la plantilla, y la congelación salarial para el resto de la plantilla, de modo que finalmente la única beneficiada por la modificación del contrato será la empresa adjudicataria, frente al empeoramiento del servicio, la pérdida de puestos de trabajo y la reducción de los derechos de los trabajadores.

La preocupación por parte del equipo de gobierno por las obligaciones económicas vinculadas a los procesos de privatización del servicio municipal de recogida y limpieza de basura, pone encima de la mesa los errores cometidos en la gestión de este servicio por parte de los distintos gobiernos que han concedido su gestión a una empresa privada, y que luego no han dudado en ampliar dicha concesión pese a sus costes y circunstancias.

Si bien es cierto que las exigencias y requisitos que establece el contrato para la concesión del servicio de limpieza y recogida de basura son excesivamente gravosas para el Ayuntamiento desde aquí queremos recodar a los miembros del equipo municipal que la decisión de privatizar el servicio, y las condiciones de adjudicación se determinaron durante en un momento en el que el Partido Popular disfrutaba de mayoría absoluta y con el actual alcalde a la cabeza.

De este modo, las iniciativas defendidas por el gobierno municipal para minimizar los gastos que suponen la gestión de los servicios municipales no tienen otro objeto que el de corregir los errores cometidos por el propio Partido Popular y el actual alcalde de nuestra ciudad como principal responsable de esta situación.

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