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Izquierda Unida-Mérida considera que las declaraciones realizadas por el equipo de gobierno a través de la delegada de servicios sociales tienen como propósito eludir la responsabilidad sobre los despidos declarados como ilegales por el TSJ.

Las declaraciones realizadas por Ana Blanco sólo pueden explicarse, o bien por la intención del PP de manipular la realidad, o bien por la falta de conocimiento sobre lo sucedido, lo que de cualquier modo deja en una difícil situación al equipo de gobierno.

Según la versión facilitada por el PP, los despidos tuvieron su origen en la falta de voluntad de CC.OO a la hora de llegar a un acuerdo sobre la resolución del ERE que el gobierno municipal tramitó durante el mes de marzo de 2013.


Según el artículo 51.2 del Estatuto de los Trabajadores, la tramitación de los expedientes de regulación de empleo implica la realización de un periodo de consultas “sobre  las posibilidades de evitar o reducir los despidos colectivos y de atenuar sus consecuencias mediante el recurso a medidas sociales de acompañamiento”, y sobre las que en caso de falta de acuerdo, el empresario “remitirá a los representantes de los trabajadores y a la autoridad laboral la decisión final de despido colectivo”.

Así, la decisión última sobre la resolución de los ERE, depende única y exclusivamente de la voluntad del empresario, en este caso, el Ayuntamiento, y nunca de la actitud o voluntad de los representantes de los trabajadores.

Debemos señalar que la paralización del ERE tuvo su explicación en las graves irregularidades en que se incurrió en su tramitación, y que imposibilitaban su terminación en términos compatibles con la legislación vigente.

Los demandantes fueron despedidos una vez que el PP decidió anular el  ERE, e inició un procedimiento de despido en el que pudiera eludir los trámites que la legislación reserva a esta figura, lo que consiguió despidiendo a 29 trabajadores, en lugar de a los 30 que la legislación establece como mínimo para que el Ayuntamiento tuviera que iniciar de nuevo ERE, y por tanto un nuevo periodo de consultas con los representantes de los trabajadores.

Este hecho evidencia la firme voluntad del PP llevar a cabo los despidos, al margen de cualquier consideración sobre el papel desarrollado por los respresentantes de los trabajadores.

Por otro lado, las declaraciones de Ana Blanco según las cuales, el TSJ no ha apreciado la voluntad de los trabajadores, que solicitaron la nulidad del despido, son absolutamente falsas, según el literal de la propia sentencia, en las que se expresa literalmente la petición de nulidad como causa principal, pero a su vez recoge la petición que los despidos sean declarados improcedentes,  como causa subsidiaria del procedimiento de impugnación.

Por todo ello, resulta evidente que las declaraciones de Ana Blanco tiene como propósito intentar desprestigiar a CC.OO, y eludir las responsabilidades del PP en unos despidos declarados como  ilegales, una actitud tan infantil, como reprobable.


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