Esta situación resulta absolutamente injustificable y pone de manifiesto la incapacidad e incompetencia de los gestores de la Consejería de Educación y la dejadez en la planificación de las transferencias de fondos a los centros públicos como el afectado, a la vez que perjudica gravemente la imagen del sistema público de educación.
El incumplimiento de la Consejería de Educación y Cultura a la hora de aportar los fondos para el funcionamiento ordinario del centro ha provocado que la dirección del centro no disponga de los recursos mínimos para garantizar el desarrollo de las actividades propias de su actividad, hasta el punto de no disponer siquiera de papel higiénico.
La Consejería de Educación y Cultura debería haber librado los fondos dedicados al sostenimiento de la actividad ordinaria del centro durante el mes de febrero, por lo que el retraso en la transferencia de los fondos tiene como consecuencia la imposibilidad de los gestores del centro para hacer frente a los gastos más básicos.
IU-Mérida responsabiliza únicamente de esta situación a la Consejería de Educación cuya incompetencia en la gestión del presupuesto y en la transferencia de fondos, ha desembocado en un situación tercermundista, que perjudica la imagen del centro, y de la educación pública como servicio público de calidad dedicado a garantizar el ejercicio de un derecho constitucional.
Desde aquí queremos mostrar nuestro apoyo a la dirección del centro, que ha sido empujada por la Consejería de Educación a sufrir una situación que bien podemos calificar como humillante ante los padres de los alumnos.
Por todo ello, exigimos a la Consejería de Educación que aporte los fondos comprometidos y adopte las medidas necesarias para que los profesionales y los alumnos puedan desarrollar su cometido y obligaciones en condiciones de dignidad.
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