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Izquierda Unida-Mérida se muestra contraria al plan de la Junta de Extremadura para trasladar de nuevo parte del personal ubicado en las instalaciones del III Milenio a otras situadas en el centro de la ciudad.

La decisión de la Junta de Extremadura contradice los motivos que en su día empujaron a la construcción del III Milenio, es decir, la reducción de costes, facilitar la coordinación administrativa, la mejora de la atención y servicio al ciudadano y la necesidad de potenciar la actividad económica y social de la barriada de San Lázaro.

Los motivos aducidos por el gobierno regional son precisamente los que nos empujan a mostrarnos en contra de esta decisión, ya que si alguna zona necesita de factores de multipliquen su actividad económica, esa es precisamente la barriada de San Lázaro.

El cambio de ubicación de parte de las dependencias administrativas se produce en perjuicio de las condiciones laborales de los trabajadores, ya que en ningún caso las nuevas ubicaciones reunirán las características de espacio, accesibilidad y medios que en estos momentos reúnen las instalaciones del III Milenio.

Así, algunas de las futuras ubicaciones planteadas por la Junta de Extremadura no reúnen las condiciones mínimas de seguridad al sufrir problemas de falta de luminosidad, acumulación de amianto

El cambio de criterio realizado por la Junta de Extremadura viene a potenciar un modelo de ciudad en el que gran parte de la oferta de bienes y servicios se concentra y centraliza en un área única, en este caso, la zona centro, con los consiguientes problemas que genera en términos de tráfico, aparcamiento y deterioro de la actividad económica de las barriadas.

Asimismo, debemos señalar que carece de sentido que se menoscabe la utilización de unas dependencias administrativas que supusieron una inversión de al menos 80 millones de euros, y en la que todavía permanece sin utilizar amplios espacios, y todo esto cuando apenas han transcurrido unos pocos años desde su puesta en funcionamiento.

Por todo ello, concluimos que la decisión además de errónea, supone un desprecio a las necesidades de los trabajadores, y de los vecinos de las barriadas de San Lázaro, el entorno de las sindicales, o Juan Canet, además de mostrar el carácter errático e improvisado de la decisiones del gobierno regional a la hora de adoptar de decisiones que afectan al desarrollo de nuestra ciudad.

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