La concesión de subvenciones al empleo privado no surtirá los efectos deseados, puestos que ningún empresario gastará parte de sus beneficios en contratar a más personal del que necesita para desarrollar su actividad, con o sin subvención.
Esto supone que aquellos empresarios que perciban la subvención por la realización de nuevos contratos recibirán dinero público por la contratación de personal que hubieran contratado igualmente, aunque esta iniciativa no tuviera lugar.
En estos términos, nos parece sorprendente que el equipo de gobierno confíe en la capacidad de esta iniciativa para crear empleo, cuando el periodo de los contratos que pueden ser objeto de subvención se remite incluso a un periodo anterior al anuncio del propio plan, con lo que nos encontramos con la situación en la que el Ayuntamiento subvencionará contratos laborales que se firmaron cuando el empresario desconocía esta medida, y sobre los que no tuvo tener ningún efecto de estímulo, ni de ninguna otro tipo de consideración.
La disposición del gobierno de Osuna para destinar dinero público en la contratación de personal por parte de empresarios privados, choca frontalmente con la política de personal de un equipo de gobierno que consiente que haya trabajadores municipales cuyas nóminas en algunos casos, no superan los 650€ al mes, por lo que a juzgar por las medidas adoptadas por el gobierno municipal, parece ser que el dinero que no hay para pagar salarios dignos a taquilleros o socorristas, sí está disponible cuando se trata de destinar fondos a empresarios privados.
Así, si bien compartimos el objetivo del gobierno del PSOE de ayudar a la pequeña empresa, entendemos que la más lógica de lograr ese propósito es pagando a estas mismas empresas el dinero que el Ayuntamiento les adeuda, con lo que se conseguirían dos objetivos: disminuir la deuda municipal y mejorar la situación económica de las pequeñas empresas. O dicho de otro modo, las empresas no necesitan subvenciones, necesitan que el Ayuntamiento le pague el dinero que les debe.
La decisión adoptada por el gobierno de Osuna nos muestra la voluntad del PSOE a pagar con dinero público los gastos de empresas privadas cuyos beneficios únicamente perciben sus dueños.
En definitiva, el plan diseñado por el gobierno municipal supone un error tanto en su diseño como en sus prioridades, a la vez que pone de manifiesto que el PSOE se encuentra más dispuesto a favorecer la iniciativa privada antes que a defender lo público.
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