La dotación de personal de la que dispone el servicio de urgencias de la zona norte resulta del todo insuficiente para atender las necesidades de la población adscrita a este centro recién inaugurado, que durante el fin de semana y las noches comprende a los vecinos de Mérida y a la otras localidades limítrofes.
Esta situación se traduce en la prolongación de las esperas necesarias para que los ciudadanos sean atendidos en este centro de salud, en un servicio de urgencias, que como tal, tiene como cometido la atención rápida y eficaz de los ciudadanos cuya sintomatología no les permite esperar a ser atendidos a través de los servicios ordinarios organizados a través del mecanismo de cita previa.
La acumulación de pacientes llega hasta tal extremo que el número de usuarios en espera muchas veces resulta superior al número de sillas disponibles en la sala de espera, lo que pone de manifiesto la falta de recursos que sufre este servicio.
El deterioro generalizado de los servicios sanitarios de nuestra ciudad tiene su causa en la política de recortes practicada por la Consejería de Salud, que desde 2009 se ha centrado en la disminución de personal, y que por tanto, tiene como resultado descargar el coste de la crisis sobre la espalda de los ciudadanos.
Asimismo, si bien la llegada del invierno supone un aumento de las consultas a las que deben atender el sistema sanitario, la falta de previsión de la administración sanitaria a y los resultados que se advierten, ponen sobre la mesa la falta de voluntad de la Junta de Extremadura para emplear los medios suficientes que eviten situaciones como esta, por otra parte absolutamente previsibles.
Por todo ello, instamos a la Junta de Extremadura a dotar estos servicios con el personal suficiente para prestar un servicio de acorde con los estándares mínimos de calidad, mientras que, del mismo modo, animamos a los emeritenses a que ejerzan sus derechos exigiendo a la administración sanitaria la mejora de estos servicios.
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