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Nos dicen que la juventud somos el futuro. Como si nuestro presente no importase, como si nuestro futuro no fuera otra cosa que encadenar el siguiente contrato temporal, aspirar ahorrar un poco más para (¡el año que viene, seguro!) poder irnos de casa de nuestros padres y madres.

Nos llaman “ninis”, “Generación millenial”, “Generación Z” o “la más preparada de la historia”; nos llaman de muchas maneras, pero nunca nos dan la voz. Hoy, en España, nuestra generación no es dueña de su vida, no podemos tener un proyecto de vida propio e independiente. Sin curros dignos, sin educación de calidad, sin vivienda, nos condenan a ser “eternamente jóvenes”.

En España, el 100% del empleo destruido durante la crisis fue de menores de 40 años y –aún hoy- el paro es la realidad para casi el 32% de los menores de 30. El Gobierno y la Patronal nos hablan de “recuperación económica”, pero esta no existe para nuestra generación: el 37,6% estamos en riesgo de pobreza. Donde antes había “mileuristas”, ahora el salario medio no llega a los 900 euros; eso sí tenemos la suerte de no ser falsos autónomos o becarias que curran gratis. Más de la mitad somos temporales, más de la mitad estamos sobrecualificadas para el curro que hacemos y muchos, sobre todo las mujeres, no podemos aspirar más que a una jornada a tiempo parcial.

La estabilidad laboral, los salarios dignos, son una utopía para nuestra generación. ¿Cómo vamos a pensar en irnos de casa si no podemos permitirnos un proyecto de vida propio? Nos emancipamos, de media, tres años más tarde que en Europa: a los 29 años. Apenas 1 de cada 5 hemos podido irnos de casa, la precariedad no permite firmar hipotecas a 30 años y los alquileres se ponen por las nubes, gracias a especuladores y fondos buitre. Tendríamos que dedicar el 61% de nuestro sueldo para comprar una vivienda, más del 85% para pagar un alquiler, ¡y con el resto pagarles la luz a precio de oro a las eléctricas y comer todos los días!

¡Es el momento de denunciar el fraude de los de arriba, de su vida privilegiada a costa de la nuestra!

-Queremos acabar con el enriquecimiento de unos pocos que nos niegan nuestro derecho a la vivienda.

-Queremos acabar con que las empresas explotadoras nos obliguen a hacer la maleta y dejar nuestra tierra para poder vivir con dignidad.

-Queremos acabar con los recortes en becas y las subidas de tasas que nos expulsan de las Universidades.

-Queremos nuestro derecho al ocio y a una vida sin violencias machistas.

¡Es el momento de organizarnos para que a las personas jóvenes no nos jodan la vida!

Nos quieren tristes, solas y desunidas, eternamente jóvenes. Nos encontrarán alegres, en rebeldía, luchando juntas y en común por lo que es nuestro.

¡Vamos a recuperar nuestros derechos y el rumbo de nuestras vidas!

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