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Izquierda Unida-Mérida afirma que la adopción del tercer plan de pago a proveedores impuesto por el gobierno de la nación, y apoyado por el gobierno municipal, no soluciona ninguno de los problemas que sufren los proveedores, y  el Ayuntamiento.

El hecho de que en apenas dos años se haya acudido a la puesta en marcha de tres plantes de pago a proveedores pone de manifiesto que tal mecanismo no supone un instrumento válido para atajar el problema de deuda que sufren las Entidades locales, hasta el punto de que no la elimina, sino que la incrementa, tanto es así que el importe total sujeto al primer plan de proveedores, que aglutinaba el importe íntegro de la deuda municipal a comienzos de  2012 fue cercano a los 25 millones, mientras que sólo en los primeros nueve meses de 2013 ya  alcanzó la cifra de  9.630.375,02€.

La adopción de este instrumento supone la asunción, en un primer momento, de la deuda municipal por parte de la Administración General del Estado, que más tarde deberán devolver cada uno de los Ayuntamientos al Estado mediante la concesión de los correspondientes créditos autorizados por las distintos bancos y cajas de ahorro.

Así, la aprobación de estos planes convierte la deuda contraída por las entidades locales con sus proveedores, en una nueva deuda en forma de deuda financiera contraída con los bancos que financian los diferentes créditos, por lo que a la cantidad inicial finalmente deberemos sumarle, el importe que se deduzca de la aplicación de los intereses correspondientes a los créditos concedidos, y que en esta ocasión pueden suponer un coste adicional de unos 500.000 euros a las arcas municipales.

De este modo, si bien las empresas que desarrollan su actividad con el Ayuntamiento perciben las cantidades adeudadas, debemos señalar que la recurrencia con la que se que caracteriza este tipo de proceso pone de manifiesto el fracaso de una medida que desde el principio se planteó bajo el principio de excepcionalidad.

Queremos señalar, por otra parte, que la relación de facturas incluidas en cada uno de los pagos requiere que las mismas no hayan sido abonadas en el periodo legalmente establecido por la ley, por lo que la aprobación de este tipo de medidas supone un claro reconocimiento de un incumplimiento previo del Ayuntamiento de Mérida, en este caso, y por tanto, de las terribles carencias que sufre la política municipal del Partido Popular en materia de financiación local.

Finalmente, es necesario subrayar, que en todos los procesos de esta naturaleza, una buena parte del dinero empleado tiene como destinatario a las grandes multinacionales concesionarias de los distintos servicios públicos, en este caso FCC, -que en 2012 obtuvo beneficios superiores a 40 millones de euros-, lo que evidentemente relativiza el impacto de este tipo de medidas sobre el pequeño negocio local.

Por todo ello, podemos concluir que la aprobación de este tipo de iniciativas tan sólo provocan el aumento de la deuda municipal y del volumen de negocio de las entidades de crédito, mientras no establece garantías de cobro a favor de los proveedores que sufren los retrasos protagonizados por la administración municipal

Fdo: Álvaro Vázquez Pinheiro.


Portavoz de IU-Mérida.


                                                                                                          En Mérida, a 12 de noviembre de 2013

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